jueves, 27 de marzo de 2008

MEDICIONES SIN VALOR



Mediciones sin valor (Las tontas comparaciones)
Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos y comparándose consigo mismos, carecen de entendimiento. 2 Corintios 10.12 (LBLA)
En cierta ocasión, Jesús contó una parábola que, dice el evangelista, estaba destinada a las personas que confiaban en sí mismas como justas (Lc 18.9). En esa oportunidad, habló de un fariseo que, puesto en pie, oraba para sí de esta manera: «Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres…» Sin avanzar en la lectura del pasaje, ya detectamos algo errado en el planteo que hace este fariseo.
A sus ojos, lo que lo justificaba, era su propia conducta que, comparada a la de otros hombres, parecía ser excesivamente piadosa. Existen, sin embargo, dos errores fatales en su análisis. El primero es que la evaluación de su propia vida la realiza él mismo. Desconoce el principio que ningún hombre es capaz de conocer acertadamente la realidad de su propia vida. El salmista exclama: «¿Quién puede discernir sus propios errores?» (Sal 19.12). La respuesta está implícita en la pregunta: ¡nadie!
El segundo error está en compararse con otros hombres. Esto es algo muy propio de la cultura que nos rodea, un hábito que nos ha sido enseñado de muy pequeños. Nacimos compitiendo con nuestros hermanos, fuimos introducidos en un sistema educativo que perpetuó el sistema de competencia, y luego salimos a un mercado laboral donde la competencia pareciera un elemento indispensable para sobrevivir. Para poder avanzar en cada etapa creímos necesario saber continuamente cómo se comparaba nuestra vida con la de los demás.
El problema principal con la comparación es que nosotros escogemos con quien compararnos. Inevitablemente, las comparaciones las realizamos con aquellas personas que más favorablemente nos van a dejar parados. Para ver si somos generosos, nos comparamos con los que nunca dan. Para saber si somos pobres, nos comparamos con los que más tienen. Para ver si somos trabajadores, nos comparamos con los más holgazanes. De esta manera, las comparaciones nunca nos dejan un cuadro acertado del verdadero estado de nuestra vida.
Pablo afirma que los que han caído en comparaciones, carecen de entendimiento. La obra de cada uno tendrá que ser evaluada sola, sin más puntos de referencia que los parámetros eternos establecidos por Dios mismo. En el momento en que nos presentemos delante de su trono, no podremos señalar las debilidades de los demás para que nuestras propias flaquezas no parezcan tan importantes.
Es importante, entonces, que nosotros no seamos los protagonistas de nuestra propia aprobación, sino que permitamos que Otro haga una evaluación más acertada de nuestra persona.
Para pensar:
Pablo termina este pasaje con palabras que deben conducirnos hacia la reflexión: «Pero el que se gloría, gloríese en el Señor. No es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba» (2 Co 10.17–18). ¡Vivamos de tal manera que el Señor mismo sea el que nos alaba!
Recibe un abrazo del Pastor Nelson Matto.

martes, 18 de marzo de 2008

CARÁCTER


"Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía." Isaías 26:3

Dice el diccionario que Carácter es: Señal o marca que se imprime, pinta o esculpe en algo. Signo de escritura o de imprenta. Conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una persona o de una colectividad, que las distingue, por su modo de ser u obrar, de las demás. Fuerza y elevación de ánimo natural de alguien, firmeza, energía. Modo de decir, o estilo. Hay rasgos del carácter que se pueden adquirir.

Son cada uno de los rasgos anatómicos o funcionales no heredados, sino adquiridos por el animal durante su vida. Hay rasgos del carácter que nos vienen por herencia. Son cada uno de los rasgos funcionales o anatómicos que se transmiten de una generación a otra, en los animales y plantas.

Carácter es la forma de ser de una persona. Hay algunos que son fríos y calculadores. Hay otros que son sentimentales y tiernos. Algunos son tímidos y otros mas extrovertidos. Algunos hablan demasiado y otros hablan poco. Algunos siempre están organizando eventos, otros solo asisten. Somos todos distintos porque reaccionamos de maneras diferentes frente a los mismos estímulos.
La educación, la forma de ser de nuestros padres, nuestra infancia, la cultura en la cual nacimos van .marcando nuestra forma de reaccionar frente a los estímulos. Van determinando nuestro carácter, lo van formando, para bien o para mal.

Cada uno es responsable de lo que elige y hace. Por eso Isaías nos deja esta perla para encontrar paz.El bien más buscado de la tierra, no se consigue con dinero, con poder, con influencias, con armas nucleares o amenazas.
La paz perfecta, Dios la ofrece a aquel que tiene un carácter fuerte. Dios en su sabiduría perfecta, nos ofrece la total tranquilidad interior, para aquellos que logren formar una personalidad fuerte. No es para los violentos, los que se burlan, los aprovechadores, los golpeadores o los agresivos.

Muchos malinterpretan al carácter fuerte pensando que tiene estas demostraciones. El carácter fuerte que Dios exige para entregar su paz, es esa estabilidad emocional que logran aquellos que pueden afrontar una dificultad en la vida, sin perder la confianza en Dios.

Dios hoy te ofrece su perfecta paz, para poder sobrellevar tu problema con la tranquilidad de Dios. Solo te pide el esfuerzo de modificar tu forma de ser. Podes confiar ciegamente, en el amor de Dios.

Recordemos: Fortalezcamos nuestro carácter, confiemos en Dios.

Un gran abrazo y bendiciones
Marcos Faldín

TRES REALIDADES DEL AMOR



Tres realidades del amor
Lectura bíblica: 1 Pedro 4:7–11
Tened entre vosotros un ferviente amor, porque el amor cubre una multitud de pecados. 1 Pedro 4:8
Ernesto corrió a casa después de la escuela, sintiendo como si sus compañeros le hubieran dado un puntapié. Si soy tan despreciable como dicen, pensó para sus adentros, entonces nadie quiere juntarse conmigo. Está bien. Si no quieren juntarse conmigo, yo no me quiero juntar con ellos. Entró a su cuarto, cerró la puerta, se acostó en la cama y se puso los auriculares. Y con la música tan fuerte como para romperle los tímpanos, trató de pensar en cualquier cosa menos la gente.
La actitud de Ernesto hacia la vida tiene un problema: No podemos renunciar de la raza humana. Sea que nos guste o no, Dios nos puso aquí sobre la Tierra para relacionarnos con otras personas. Existen tres realidades acerca del amor de las que no nos podemos escapar:
Primera realidad: Amar no es una opción. El mayor mandato de la Biblia a los cristianos es amar a Dios y amar a nuestros prójimos. Dios nos hizo “a medida” para que nos involucremos con personas de todo tipo, aun las que nos irritan, nos molestan o nos aburren. Aun cuando parece imposible poder hacerlo, Dios nos creó para que procuremos llevarnos bien con los demás.
En cuanto Ernesto se calmó, recordó que había mucha gente a su alrededor que necesitaba sentir el amor real y transformador de Dios. Vio que cada día era una oportunidad de amar a los que más necesitaban ser amados.
Segunda realidad: El amor es una acción. ¿Aborreces los dibujos de corazones, las flores y las canciones melosas de amor? ¡No importa! El amor no es un sentimiento. Es algo que escoges hacer.
En cuanto Ernesto oró que Dios le abriera los ojos, vio que Dios le estaba dando muchas oportunidades para disfrutar de otros, consolarlos y guiarlos a Cristo.
Tercera realidad: Amar con frecuencia es difícil. A veces resulta difícil decidir qué cosa cariñosa uno debe hacer. A veces realizar la cosa cariñosa es más difícil todavía. Afortunadamente, Dios no te diseñó para amar a los demás para luego dejarte sin indicaciones sobre cómo hacerlo.
En cuanto Ernesto leyó su Biblia, descubrió que ésta lo invitaba a tener la experiencia del amor de Dios. Le ordenaba que pusiera en práctica el amor en la vida real. Y le enseñaba para saber en qué consiste el amor.
Fuimos hechos para amar y para seguir amando. El amor nunca deja de ser, pero a veces dejamos de amar a Dios y a los demás. Entonces tenemos que volver y conseguir algo del amor excepcional de Dios. ¡Y, ya que estamos en esto, podemos volver a leer las instrucciones de Dios acerca de cómo demostrar su amor por los demás!
PARA DIALOGAR: ¿En qué ocasión te has sentido tentado a retraerte de tu mundo? ¿Por qué eso no puede ser una opción permanente?
PARA ORAR: Pídele al Dios de amor que te siga enseñando lo que significa amarle a él y a los demás.
PARA HACER: ¿Cuál “realidad acerca del amor” te da más trabajo aceptar y poner en práctica en tu diario vivir? ¡Concéntrate en ella!

Un abrazo del Pastor Nelson Matto.

domingo, 9 de marzo de 2008

Cuales son las reglas en tu vida?



¿Cuáles reglas gobernarán tu vida?
Lectura bíblica: Deuteronomio 10:12–16
¿Qué pide Jehovah tu Dios de ti? Sólo… que guardes los mandamientos de Jehovah y sus estatutos que yo te prescribo hoy, para tu bien. Deuteronomio 10:12, 13
Hace unos meses, Cristina, de 14 años, recibió el peor regalo de Navidad que podía haber recibido. Sus padres anunciaron que se divorciaban. Al principio, Cristina no podía creerlo. Después, lloró a mares por la situación que sabía que era real. Ahora, está realmente furiosa porque parece estar en medio de las discusiones entre su mamá y su papá. No sabe cómo reaccionar ni qué decir.
—¿Saben? —insiste Cristina—, quiero hacer lo que sea correcto. Pero oigo decir tantas cosas a tanta gente que ya ni estoy segura de lo que es correcto. Es como estar en una competencia deportiva y, desde las gradas, mis entrenadores, compañeros de equipo, mis padres y el público me gritan consejos todos a la vez. Esta es una situación horrible. Necesito saber lo que Dios quiere.
Cristina se siente confundida. Pero ha tomado un paso enorme hacia obedecer a Dios: Quiere hacer lo que Dios quiere.
La verdad es que diferenciar entre lo bueno y lo malo por lo general no es tan difícil. La parte más difícil de obedecer a Dios es escoger el camino de Dios. Es decidir que lo que Dios dice acerca de lo bueno y lo malo es más sabio y mejor que cualquier otra cosa que se le pudiera ocurrir a tu pequeño cerebro. Es decidir que los caminos de Dios son mucho mejores que los que te indican tus amigos. Es decidir que en tu propia vida, las reglas de Dios serán las que rigen.
Tema para comentar: ¿Por qué decidir hacer lo que Dios quiere es siempre la mejor decisión que puedes tomar? ¿Por qué es tan maravilloso obedecer a Dios?
Dios tiene un plan para la vida de cada uno de nosotros. Es lo que la Biblia llama su “voluntad”. Algunas partes de su voluntad se aplican a todos. Esas son las partes de su voluntad que Dios pone muy en claro por medio de los mandatos en la Biblia. Otras partes de la voluntad de Dios son exclusivamente para ti como individuo. Y es allí donde surge la gran decisión. ¿Quieres cumplir la voluntad de Dios más que cualquier otra cosa? ¿Quieres lo que Dios quiere para ti?
En la vida tenemos que tomar muchas decisiones importantes, pero la más importante es decidir cuáles ideas seguiremos en cuanto a lo bueno y lo malo. Y una vez que hayamos decidido someternos a Jesús como Salvador y Señor de nuestra vida, podemos estar seguros de que él nos dará el poder para vivir en sus caminos.
PARA DIALOGAR: ¿Quieres hacer la voluntad de Dios? ¿Cómo afecta eso tus decisiones diarias?
PARA ORAR: Señor, ayúdanos hoy al esforzarnos por seguir tus mandatos.
PARA HACER: Busca hoy una oportunidad para ayudar a un amigo a entender que seguir las reglas de Dios es la mejor decisión que puede tomar.
Recibe un abrazote de tu Pastor Nelson.

lunes, 3 de marzo de 2008

Puede un cristiano estar endemoniado?


Puede un cristiano estar endemoniado?

Con el transcurso del tiempo han aparecido nuevas doctrinas e ideas modernas, muchas de ellas no tienen ninguna base bíblica y son herejías evidentes.
Una de ellas es la que dice que los cristianos pueden estar endemoniados.

La Biblia enseña que cuando una persona recibe a Jesucristo como su salvador recibe también al espíritu santo en su corazon (Juan 7:39, Juan 14:17, Romanos 8:9, y sobre todo Romanos 8:15).

A partir de ese momento nuestro cuerpo se convierte en el templo del Espíritu Santo y ese Espíritu Divino vive en nuestros corazones (Gálatas 4:6).
Es imposible que el Espíritu Santo y un demonio compartan un mismo corazon, pues no hay comunión entre la luz y las tinieblas (2ª Corintios 6:14).
También 2ª Corintios 3:17 dice que donde esta el Espíritu de Dios hay libertad.
Como vemos claramente enseñar que los cristianos pueden estar endemoniados es un error y va en contra de la Palabra de Dios.

Entonces, porque hay miembros de iglesias que aparecen endemoniados?
Buena pregunta. Quizás es miembro de una congregación pero nunca se convirtió a Jesucristo de corazon, o sea no es cristiano (Juan 1:12)
Otra explicación suele ser que la persona finge una posesión demoníaca para no aceptar su responsabilidad cuando ha cometido un pecado. (son los que dicen “el demonio me obligo a embarazar a la hermanita”).

También se han encontrado casos donde las personas fingieron una posesión diabólica solo para llamar la atención. Otras veces se ha debido a una mala enseñanza de parte del pastor o algún hermano que ignora el poder de la sangre de Jesucristo y la verdad de la Palabra de Dios.

Como podemos ver entonces, es imposible que un cristiano sea poseído por un demonio, así como es imposible que una tortuga tenga alas y vuele.
La Biblia dice que la libertad que obtenemos al venir a Jesucristo es total y el maligno ya no nos puede tocar. Juan 8:32; 1ª Juan 5:18

Un abrazo del Pastor Nelson.