jueves, 24 de enero de 2008

Cuando la Lluvia


Las lluvias están cayendo de forma abundante sobre Bolivia.
Miles de kilómetros de cultivo yacen bajo las aguas, las carreteras están cortadas, el número de muertos y damnificados por el crecimiento de las aguas y los desbordes de los ríos ha provocado que se declare la alerta roja en varias zonas del país.
Es increíble como un elemento vital como el agua y un bien tan deseado como la lluvia se pueden convertir en causa de llanto, pérdida y aún muerte.
Jesús enseñó la historia de dos hombres que tuvieron que enfrentar la fuerza destructora de la lluvia. Uno de ellos edificó su casa sobre un terreno arenoso, seguramente avanzó rápido, sin mucho esfuerzo. El otro edificó su vivienda sobre la roca, sintiendo dolor en sus brazos por el enorme esfuerzo de hacer los cimientos sobre un material tan rígido y duro. Habrá avanzado lento, con esfuerzo, con sacrificio.
La lluvia cayó, el viento sopló y el río se desbordó golpèando las paredes de ambas casas.
Es que el mal es para todos, de eso nadie se escapa.
Pero el que construyó rápido vió a su casa caer rápidamente y fue grande su ruina.
El otro hombre vió espantado como su casa fue azotada por el agua incontrolable pero aliviado contempló su firmeza para mantenerse en pie.
Amigos: la lluvia es una bendición, pero a veces no estamos preparados para recibir tanta bendición de golpe. Hay gente que de pobre siempre busca a Dios, sin embargo cuando prosperan se olvidan de Dios, siendo que Dios mismo los ha prosperado. Los derriba la bendición!
Construyamos nuestros hogares sobre Cristo, la verdadera roca firme.
Así cuando lo bueno o lo malo, lo mucho o lo poco, la salud o la enfermedad golpee nuestra vida nada pueda movernos de seguir edificados sobre su amor y poder.
Dios te bendiga.

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