martes, 19 de febrero de 2008

La sabelotodo



La sabelotodo
Lectura bíblica: Mateo 23:1–12
Pero el que es mayor entre vosotros será vuestro siervo; porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Mateo 23:11, 12
Nueva en su escuela, Nancy también era nueva en el club de periodismo. Durante años, apenas un puñado de chicos se ocuparon de publicar el periódico estudiantil, así que los socios del club hubieran estado encantados aun si la iguana en la biblioteca hubiera decidido hacerse socia. Pero Nancy era mucho mejor que ninguna iguana. Se notaba que era inteligente. Dibujaba historietas. Y presentaba ideas para que el periódico resultara más interesante.
Nancy se jactaba del magnífico periódico en su escuela anterior y repartía listas de maneras de mejorar las próximas ediciones. Al cabo de un mes, todos dependían de ella para dirigir todo. Y con todo el control que se estaba acaparando, Nancy podía haberse nombrado la Princesa del Periódico. Elegía todas las fotos, volvía a escribir los artículos y acaparaba la única computadora del club para producir un diseño gráfico perfecto. Cuando gritó que la edición del otoño tenía que ser en papel anaranjado fluorescente, la maestra consejera le dijo que se apaciguara.
Allí fue cuando Nancy se irritó, escribió una nota diciendo que el club era estúpido y se fue al equipo de ajedrez. Si Nancy no podía ser la mandamás, no quería participar.
Hay personas que no se sienten bien consigo mismas a menos que estén ejerciendo un control total sobre los demás. Están obsesionadas con la posición que alcanzan. Y cuando necesitan una inyección de autoestima, se apoderan del liderazgo en la escuela, la iglesia, los clubes y las amistades. No se contentan con estar disponibles y colaborar donde las necesiten. Tienen que “mostrar sus músculos” para sentirse importantes.
¿Y eso qué tiene de malo? Esto: Si tu identidad como hijo de Dios y tu valor para él se basa en la importancia que logras, es muy probable que te irá mal. La mayoría de las personas se rebelan cuando uno trata de controlarlas. La mayoría de los clubes no quieren un líder sabelotodo. Y la mayoría de los países sólo necesitan un solo presidente.
La Biblia es clara: Tu identidad no depende de la posición que logras. Dios no anda buscando personas que quieren acaparar el periódico estudiantil o gobernar el mundo. Jesús escogió como sus seguidores a hombres y mujeres comunes, y pasó por alto a los líderes religiosos rimbombantes por su posición e importancia propia.
Sea que el mundo piense que eres alguien o que no eres nadie, eres especial para Dios. Sea que obtengas grandes o pequeños logros, eres inestimable para él.
PARA DIALOGAR: ¿Qué tiene que ver la posición o el poder que logras con el amor que Dios tiene para ti? ¿No es maravilloso que puedes dejar que Dios sea Dios?
PARA ORAR: Padre, tú controlas el universo. No necesitamos controlar nuestro mundo para impresionarte.
PARA HACER: ¿De qué manera puedes compartir el control e incluir a todos en los clubes y equipos a los cuales perteneces?

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