martes, 11 de septiembre de 2007

DIOS DE OPORTUNIDADES


La semana pasada acompañamos a nuestro pastor a una campaña evangelistica, estubimos ministrando durante el tiempo de alabanza. Durante la 3º noche de campaña predicó acerca de la parábola del hijo pródigo y al acercarme al teclado para tocar una melodía de adoración pude ver a través de mis lentes varias lagrimas que caian por las mejillas de muchas personas, el Espiritu Santo tocando la puerta de los corazones aquella noche; muchos no esperaron a que el pastor termine de hacer el llamamiento y pasaron enseguida a los pies del altar para entregar sus vidas a Cristo. No pude evitar ese momento (mientras mis lagrimas caian), pensar en un amigo mio que se sintió tentado por algo y pecó, y hasta ahora no vuelve en si y piensa y dice que un dia se va a arrepentir de su pecado y Dios lo perdonará, pero hasta entonces lo va a seguir haciendo. Por que cuento esto, por que quiero llegar al título, es decir, mostrar que Dios es un Dios de oportunidades.La gente que fue a la campaña aquella noche y paso a los pies del altar eran pecadores que estaban a punto de entregar sus vidas a Cristo, otros eran cristianos reconciliandose con su padre y recibiendo una nueva OPORTUNIDAD.Cuando uno esta siendo tentado por satanás, piensa que lo que tiene en frente, lo inmediato saciará su necesidad, y es en ese momento cuando uno tiene que tomar una decisión, SI o NO, lo tomo o lo alejo de mi, y muchas veces pasa que lo tomamos.Después de cometido el pecado (porque uno no “cae” en pecado, es uno el que cede, es uno el que peca), el mismísimo diablo que nos puso tan “delicioso” banquete, nos acusa delante de Dios y le dice:”Ahí está tu hijo, mira lo que hizo… Qué vas a hacer?????” y es en ese momento cuando la culpa viene a golpear a la puerta incansablemente hasta que uno cede y piensa que ya no tiene vuelta, que como lo ha hecho otras veces, cree que Dios ya no confía en uno, que no lo va a perdonar…Pero es ahí donde entra a jugar de titular la oración, porque es fundamental que uno le diga a Dios lo que ocurrió, con lujo de detalles, todo, que no se nos quede nada de lo cual el enemigo pueda asirse para culparnos; eso sí, debemos estar arrepentidos de corazón (arrepentimiento: cambio de mentalidad), si no, no funciona. Es entonces cuando el Espíritu Santo sale al campo de juego, reemplazando culpa por paz, pecado por perdón y sanidad, suciedad por santidad, y esto hace que sintamos como un vaso de agua refrescante en nuestra alma, así me he sentido cuando recibo el perdón de mi amado Dios, me cambia por completo, me levanta y me dice: “Vamos hijo, hay que seguir adelante, ya olvidé lo que hiciste; para mí, estás saningo y limpiezango” (claro que sin el ingo y el ango : ) ) y siento que me levanta en sus brazos y me da el impulso necesario para continuar y pelear nuevamente, para seguir su camino y llegar a ser como Él. La conclusión de todo esto es que Dios espera que nosotros vayamos a El, recuramos a El en todo tiempo, aun mas cuando hayamos pecado, con un corazón humillado y sincero, creyendo que si nos arrepentimos de corazón, El nos perdonará por que Dios siempre nos da una nueva OPORTUNIDAD para continuar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario